lunes, 11 de febrero de 2013

SEMBRAR EN EL DESIERTO. MARZOUKI

Tengo dos técnicas para mantener una actitud psicológica positiva.
La primera es que me digo que el tiempo geológico no es el tiempo de las civilizaciones, que el tiempo de las civilizaciones no es el de los regímenes políticos y que el tiempo de los regímenes no es el de los hombres. Hay que aceptarlo.

Si me comprometo en el proyecto de transformar Túnez, con quince siglos de antigüedad, no voy a transformarla en veinte años. Debo aceptar por tanto los plazos del tiempo largo. Y a partir de ahí, no me desanimo, porque mi horizonte no consiste en los próximos seis meses o en la próxima elección presidencial: es el de los próximos cien años, que yo no veré, como es evidente.
 Y la otra técnica proviene del hecho que soy un hombre del sur.
Vengo del desierto y vi a mi abuelo sembrar en el desierto.
 No sé si usted sabe lo que es sembrar en el desierto. Siembra en una tierra árida y luego espera. Si cae la lluvia, recolecta.
No sé si usted ha visto el desierto después de la lluvia, ¡es como la Bretaña! Un día, usted marcha sobre una tierra completamente quemada, luego llueve y lo que sigue, usted se pregunta cómo ha podido producirse: tienes flores, verdor...Todo simplemente porque los granos ya estaban ahí...


Esta imagen me marcó de verdad cuando era niño. Y, en consecuencia, ¡hay que sembrar! ¡Incluso en el desierto, hay que sembrar! Y es de esta manera que veo mi trabajo. Siembro y si mañana llueve, está bien, y si no, al menos los granos están ahí, porque ¿qué va a pasar si no siembro? ¿Sobre qué caerá la lluvia? ¿Qué es lo que va a crecer, piedras?
Es la actitud que adopto: sembrar en el desierto... .

 Moncef Marzouki, médico, escritor y político  tunecino, fué  opositor al régimen dictatorial de Ben Alí  y primer presidente elegido democráticamente en Túnez el 12 de diciembre de 2011


Mas sobre la actualidad de Marzouki:
Moncef Marzouki, anunció el domingo su retirada del Gobierno de coalición liderado por la formación islamista moderada En Nahda, 

Marzuki explicó su visión de la división social en Túnez, alegando que mientras la mayor preocupación de los más pobres en el país es seguir siendo pobres tras la revolución, la del resto de la sociedad es que los islamistas puedan gobernar, imponer la sharia, introducir iglesias religiosas y obligar a las mujeres a llevar burka. Y las dos partes deben llegar a un consenso a la hora de elaborar la nueva Carta Magna. Si no, habrá una “guerra política” que sería muy dañina para la economía, la inversión y la imagen del país.

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